Descripción
Hacer literatura con la vida cotidiana, intentar que nuestras vidas, tan parecidas casi siempre a las vidas de los otros, trasciendan y logren interesar a los lectores. Ése es el reto apasionante de los dietarios. Algunos autores no lo consiguen nunca. Otros intentan atraerse al lector con algunas gotas de rencor y maledicencia, aireando sus vergüenzas, ajustando cuentas y saldando agravios. A unos cuantos sus diarios sólo les sirven como expositor de vanidades y jactancias y tratan de asegurarse de que conozcamos los muchos amigos importantes que tienen y de que han leído los más raros y selectos libros, preferiblemente, eso sí, de autores extranjeros o ya desaparecidos, para no dar aire a sus competidores. Sólo hay unos pocos que logran convertir la vida en literatura y a su ciudad, sus amores, sus viajes, sus libros y sus amigos en protagonistas de una apasionante novela por entregas. Fernando Sanmartín es uno de ellos y en Hacia la tormenta, el segundo tomo de sus diarios, la gran literatura, ésa que es sólo patrimonio de muy pocos escritores, está presente en cada página.
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